Los ECG o electrocardiogramas representan gráficamente la actividad del corazón. En la actualidad hay varios dispositivos que ofrecen una lectura del mismo.
En los últimos años, el Internet de las cosas y los weareables han impactado en áreas como la salud. Sin duda esta tecnología ha motivado a muchas personas a iniciarse en los deportes. Estos dispositivos registran la actividad física, mediciones como el pulso cardiaco, el nivel de oxigeno en la sangre, etc. Algunos hacen más entretenido el entrenamiento añadiendo dinámicamente música. Registran mediante GPS la ruta que el usuario decidió para correr. Socioeconómicamente resulta atractivo, hasta cierto punto aspiracional.
Estos dispositivos han evolucionado tanto que permiten emitir electrocardiogramas. La lectura se simplifica, pero esto no es suficiente. El corazón es, por decirlo de alguna forma, el órgano vital, sin él, la vida simplemente no existe. Las enfermedades cardiacas son delicadas y sobre todo complejas. Influyen tantos factores: hereditarios, hábitos alimenticios, forma de vida, incluso la actividad laboral. No es lo mismo una persona que trabaja frente a su computadora todo el día que una persona que trabaja en una mina a cientos de metros debajo de la superficie.
No es lo mismo quien se alimenta de grasas animales a quien prefiere una dieta vegetariana. Ultimos descubrimientos afirman que una persona con sobrepeso puede tener niveles óptimos de colesterol que una persona delgada. Esto debido a sus condiciones genéticas.
La lectura del ECG
Cuando un paciente acude a un cardiólogo es porque el padecimiento paso de ser algo aislado a algo “delicado”. Un paciente difícilmente acude a un especialista, al menos que los síntomas no desaparezcan, se agraven o el médico de cabecera lo canalice. Los cardiólogos establecen parámetros de salud para cada paciente: alimentación, hábitos, incluso el momento por el que atraviesan. Una persona estresada y cansada es mas propensa a tener problemas cardiacos que una persona que vive sin presiones. La lectura que se hace de un ECG es temporal, es decir, lo que ocurre en ese momento en el corazón y en el sistema cardiovascular. En un mismo día, podríamos tener lecturas o resultados de ECG totalmente diferentes.
Y este es el mayor riesgo: una persona que padezca una afección puede obtener un resultado de ECG, en ese momento, satisfactorio. Y esto puede desencadenar una consecuencia delicada para él.
El Apple Watch Series 4, por ejemplo, tendrá una precisión del 90%. Es decir, de cada 10,000 unidades, 9000 personas tendrán resultados precisos ¿pero los 1000 restantes? O de cada 100 lecturas, 90 serán adecuadas, ¿las otras 10 serán invalidas? Es cierto que la tecnología debe de favorecer siempre a quien la consume, sin embargo el usuario debe de estar consiente del riesgo que implica utilizar estos aparatos sin conocer al 100% el estado de su salud. La polémica no es la tecnología que arriba a nuestras vidas, la polémica siempre será si el usuario o paciente confía mas en un dispositivo que en un profesional de la salud.
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